En la aventura que es la vida, uno se va construyendo, a partir de las vivencias y experiencias que adquiere: de las cosas que le pasan, de la gente que conoce, de los amores y desamores, de los éxitos y los fracasos. Y todo esto, nos va definiendo hasta llegar al ser humano en el que uno se convierte. Al final del día, nuestra personalidad y lo que somos, llevan un pedazo de todo lo vivido. Las batallas que libramos nos curten y nos enseñan, y los compañeros de ruta nos inspiran; muchos de ellos incluso llenan de luz el camino a seguir.
Y en ese viaje, somos tocados por momentos y personas que logran inspirarnos de tal manera, que se quedan en nuestra vida como faros de luz a donde acudimos en momentos de necesidad. El recuerdo de una frase dicha en un momento preciso, el párrafo de un libro, la imagen de un paisaje, o la vida de una persona, son elementos que nos inundan de esperanza, buena vibra, coraje y valentía. Eso es lo que llamo inspiración: esa fuerza positiva que nos mueve a ser mejores.
En mi caso, la vida me ha premiado con fuentes increíbles de inspiración. Y una de ellas sin duda son las mujeres, y por eso, una de mis causas es luchar por un mundo de mayor equidad para ellas. La poderosa fuerza que ellas guardan en su ser, y que se activa especialmente en momentos de dificultad es lo que yo llamo poder femenino de inspiración.
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Cuando pienso en la palabra resiliencia, inmediatamente mi mente vuela al recuerdo de tantas mujeres ecuatorianas que luchan constantemente contra el sistema. Pienso en todas esas heroínas anónimas que salen a trabajar todos los días para buscar el pan para sus hijos. Pienso en las sobrevivientes de violencia, y su coraje me inunda de valor y me compromete a no bajar la guardia nunca.
Pero también me siento inspirada por las mujeres de esta nueva generación, que buscan su destino por fuera de la caja. Seres libres a cabalidad, que buscan su propio destino sin cumplir estereotipos: que cumplen sueños, aman y se proyectan desde sí mismas.
En resumen, siento como fuente de inspiración, los seres humanos capaces de desapegarse de los intereses materiales y el consumo impuesto por las redes y se enfocan en vivir una vida auténtica, sin filtros, una vida real. Respeto la capacidad de conectarse con la naturaleza, proteger a los animales y ser compasivos. Todo esto, es sin lugar a dudas, valores que constituyen mi fuente de inspiración y respeto.
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