Ruth Hidalgo

La mujeres políticas son puestas en un paredón digital

Entrevista realizada por Fermín Vaca Santacruz:

La presencia de la primera mujer con posibilidades de llegar a la presidencia de la República en las elecciones anticipadas ha gatillado una nueva ola de ataques que siguen un patrón ya identificado por Participación Ciudadana desde 2019: cosificación, apelación a roles tradicionales y a visiones religiosas y conservadoras. La directora de la organización no gubernamental analiza los contornos de este fenómeno.

Un reciente estudio de violencia política contra las mujeres, en estas elecciones adelantadas, realizado por Participación Ciudadana, evidenció nuevamente el panorama consabido: ataques contra candidatas y políticas que parten de las visiones reaccionarias de la sociedad tradicional y religiosa, que considera que el espacio de la política no les corresponde. 

En el reporte de Participación Ciudadana, que se inició en diciembre de 2019 y con corte al 31 de julio de 2023, se evidenciaron 14.676 publicaciones en la red social X (antes llamada Twitter) contra  mujeres políticas y quienes ocupan cargos de relevancia.
El estudio se acercó a las cuentas en la red X de por lo menos 61 mujeres que participan en política en Ecuador, son periodistas o tienen presencia o relavancia pública, y pudo establecer un top ten de las frases más comunes usadas contra las mujeres políticas en nuestro país. Así, se estableció que los epítetos más usados son corrupta, sinvergüenza, asesina, vieja, rata, cínica, ladrona, inepta, ridícula y mentirosa.

Casi el 42% de los mensajes descalificadores se refirieron a desvalorizarlas por su rol de mujer, seguido de casi un 30% que recurrió a la cosificación. 

Al uso de las palabras se sumó también material gráfico, como es el caso de distintos tipos de contenidos multimedia, como memes o videos. Por lo menos 1.225 de estos contenidos fueron identificados por el estudio.

Las elecciones anticipadas, con la obligatoriedad de binomios paritarios, será un nuevo desafío para este tipo de observación. Conversamos al respecto con Ruth Hidalgo, de Participación Ciudadana. 

¿Qué hallazgos han resultado de su monitoreo de violencia política?

Participación Ciudadana viene desarrollando un monitoreo de violencia política desde el año 2018. Iniciamos nuestro monitoreo para probar desde la data la hipótesis que empezamos a manejar desde antes, en nuestra calidad de observadores electorales, y la hipótesis es que la violencia política en Ecuador está siendo cada vez más fuerte, tanto para hombres cuanto para mujeres. Las redes sociales son un espacio libre y sin control en donde se han desatado este tipo de ataques. En nuestro histórico de seis años hemos podido detectar violencia contra actoras políticas y candidatas mujeres en redes sociales, y este tipo de violencia es casi incontrolable.

Haciendo el seguimiento y entrevistando a algunas de esas mujeres, evidenciamos que la violencia en redes podría afectar a quienes quieren participar. Hay mujeres periodistas que han sido amenazadas de muerte, mientras que en el caso de quienes hacen política, esto es peor.

Al no haber estructuras eficaces y seguras en los partidos políticos no se crean espacios para que ellas se puedan desarrollar y deben salir a hacer campaña solas, son el apoyo de los líderes políticos más importantes y entonces pasan a ser blanco de ataques en las redes sociales, que se convierten en un paredón digital. Ahí se les juzga por su vestimenta, su estado civil, su etnia, su rol de mujeres, y todo eso implica que las mujeres políticas tienen el doble de dificultad en participar, porque se cree que no tiene su propia valía sino que se le involucra en temas de relacionamiento sexual con alguien poderoso. Esa violencia que se evidencia en las redes hace que ya no quieran participar. Estos son algunos de los hallazgos.

¿Cómo podemos definir la violencia política y quiénes son sus víctimas?

La violencia política es todo acto o manifestación que, en el caso de las redes sociales, consiste en el uso de palabras denigrantes que hacen relación al desempeño de las mujeres en política. Generalmente estas manifestaciones escritas en las redes sociales se dirigen a quienes están en una candidatura o tienen una actividad de relevancia, y lo que persiguen a través de estas manifestaciones es descalificarlas por ser mujeres. Por ejemplo, cuestionar a una autoridad por su etnia.

Un caso clásico es la fiscal general del Estado, que recibe una gran cantidad de violencia política, en donde no se cuestiona su gestión sino el por qué está en ese cargo siendo una mujer afrodescendiente. Se cuestiona que esté ahí y se dice que debería estar en otros sitios, relacionados con espacios denigrantes.

Es importante destacar que Participación Ciudadana también ha analizado la violencia política también contra los hombres. Si bien también existe, los ataques en redes contra los hombres no suelen ser tan numerosos, y no tiene que ver con las mismas características. A los hombres no se les cuestiona su apariencia física, si está casado o no, o su capacidad de dirigir políticamente el país, que es lo que ocurre con las mujeres. No se le cuestiona el rol de padre a pesar de a qué hora haga campaña. Se cree que tradicionalmente las mujeres deben estar en su casa con sus hijas.

Los actos de violencia también se replican en Whatsapp y las descalificaciones llegan a audiencias mucho más grandes. Estas audiencias se terminan prejuiciando contra las mujeres en base a estas manifestaciones violentas.

La elección anticipada tiene la característica especial de tener binomios presidenciales conformados por mujeres ¿Ha significado eso un aumento de la violencia?

El hecho de haber forzado que se aplique la paridad fue un avance y un salto cualitativo hacia la paridad. Sí hay violencia cruenta contra las actuales binomios, y también la única candidata a la presidencia, que recibe violencia relacionada con su situación sentimental o con haber sido madre soltera, lo que es bastante cruel. Se le acusa de ser mojigata por tener un hijo adolescente, es una visión caduca. Podemos no estar de acuerdo con ella o su plan de trabajo, pero no se le debe cuestionar sobre su vida personal.

¿Qué medidas legales se pueden tomar para prevenir y sancionar la violencia política?

Desde Participación Ciudadana hemos luchado para lograr un ambiente habilitante para la participación política de la mujer, es decir, que sea un ambiente seguro, que permita a la mujer una normativa que le ampare al momento de ser víctima de una práctica de violencia política. En el año 2020 se logró la consideración legal de la violencia política en el Código de la Democracia.
Pero no se trata solamente de una norma, sino que debemos tener una política de Estado contra la violencia de género. La violencia política es solo una expresión más de la violencia de género, no es nada más que eso.

El Consejo Nacional Electoral debe actuar como un facilitador de un acuerdo ético político para cosas como el compromiso de los partidos para evitar violencias políticas contra las mujeres, eso ayudaría mucho.

¿Las mujeres son asociadas a la corrupción al igual que el resto de los políticos?

Creo que hay que ser muy claros: hombres y mujeres deben ser juzgados con igual dureza en temas de corrupción y transparencia. No se trata de que por ser mujeres pasen personas corruptas de agache ante la aplicación de la ley. No se puede confundir lo que es violencia política con el juzgamiento de un comportamiento antiético.

Ahí hay una línea fina, pues hay actores políticas que alegan violencia política cuando hay pruebas efectivas de que han estado involucradas en temas de corrupción. Se trata de utilizar esa figura para no ser juzgadas. Pero uno tiene que ser totalmente riguroso y cuando se trata de lucha contra la corrupción tienen que pagar tanto hombres como mujeres. No es que las mujeres no pueden ser corruptas.

¿Por qué son las mujeres más susceptibles de ser víctimas de ataques por su vida privada que los hombres?

Históricamente la participación en política ha sido un espacio reservado para los hombres. Las mujeres son juzgadas por un rol aceptable, que en el Ecuador depende de la visión conservadora de que las mujeres deben ser madres, esposas y no participar en la vida pública. Por eso ha sido tan difícil para la mujer lograr espacios como el voto, como ocurrió en nuestro país con Matilde Hidalgo de Prócel.

Lo primero que se le juzga a la mujer es el cumplimiento de su rol tradicional que no necesariamente es justo. Se llega a decir que una mujer soltera haciendo política es porque está buscando un esposo, y que una divorciada se separó porque no le aguantó el esposo que esté lejos del hogar por el trabajo político, y así por el estilo. Es una sociedad muy dura con las mujeres y por eso es tan difícil participar.

¿Cómo ve la participación de mujeres y jóvenes en las listas de la elección exprés?

La participación de mujeres y jóvenes tiene un porcentaje según las normas legales, lo que ha obligado a que los partidos políticos cumplan la cuota. Hemos observado esto con relación a las pasadas elecciones seccionales en donde hubo solo el 30% de mujeres cabezas de listas, versus el 50% de la actualidad, se pudo notar que aumentó el número de mujeres accediendo a los espacios de decisión política, lo cual es super bueno. De 16 mujeres en las penúltimas elecciones, ahora se llegó a más de 40 en alcaldías y prefecturas.

Esa es la prueba de que ese tipo de cuota porcentual está aumentando el número de mujeres en la política, aunque la calidad sigue en debate. Mientras no haya partidos políticos con una estructura, con recursos para promocionar mujeres, seguiremos teniendo el problema de la falta de preparación, pero el avance es enorme. Con respecto a los jóvenes, estos están buscando espacios y exigen ser tomados en cuenta, algo que deberá mejorar para 2025.

¿Qué tipo de observación electoral realizarán en estos comicios?

Participación Ciudadana no realizará un conteo rápido, sino una observación cualitativa. Vamos a tener 700 voluntarios en el campo, que están siendo entrenados y estamos llamando a la sociedad civil a inscribirse y llenar un formulario en donde se pueden registrar novedades en el proceso electoral. Vamos a tener tres reportes y nuestros voluntarios van a observar la demanda de seguridad en los recintos electorales.

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